lunes, 17 de noviembre de 2008

CINEUROPA 2008 Edición XXII


PREMIO CINEUROPA 2008:

JAIME ROSALES


Julio C. Piñeiro



El pasado 15 de noviembre tuvo lugar, en el Teatro Principal de Santiago de Compostela, la gala de entrega del Premio Cineuropa 2008, otorgado por el homónimo festival compostelano en su ya 22º edición. Esta vez el galardón recayó en el cineasta catalán Jaime Rosales, reciente ganador del Goya a la Mejor Película y al Mejor Director por La Soledad. La proyección que acompañó al evento fue Tiro en la Cabeza, polémica y controvertida propuesta presentada en el último Festival de San Sebastián y estrenada simultánemente en salas comerciales y en el Centro de Arte Reina Sofía. Por motivos personales del premiado, la entrega del galardón, con su correspondiente intervención, se produjo antes de la proyección del citado film.

Los encargados de conceder el premio fueron Socorro García Conde, tenienta de alcalde y Concelleira de Cultura e Centros Socioculturais del Concello de Santiago, institución organizadora del festival, y José Luis Losa, Director Técnico del mismo. Este último señaló que decidieron premiar a Rosales por su riesgo en el uso del lenguaje cinematográfico, que el cine español está necesitado de agitadores como él y que su última película ha supuesto, nunca mejor dicho, una “bomba” cultural en el panorama cinematográfico de nuestro país. Asimismo, manifestó su admiración por la manera en que Rosales empleaba sus recursos con el fin de describir la dualidad y la cotidianidad de un asesino.

Rosales translada su concepción transgresora del cine a la vida: declaró que los jóvenes, las nuevas generaciones, deben romper las reglas que siguieron nuestros padres y nuestros abuelos, no guiarse por ellas, crearse unas propias, sin por ello dejar de respetarlas y manteniendo siempre los lazos afectivos entre generaciones. Su idea del ciudadano del futuro es la de aquel observador de su alrededor, pero conocedor de sus propias posibilidades: entonces manifestó que su deber como cineasta es “crear” este tipo de ciudadanos.

Afirmó que Tiro en la cabeza va dirigida a los jóvenes de su generación, aquellos que se criaron en el ocaso del franquismo y vivieron de primera mano la Transición. Enseguida explicó con claridad en qué medida está relacionada su alternativa lingü.stica y estilística con la situación política en España, en especial del conflicto vasco: “todos hablan, pero nadie escucha”, y que sólo escuchando se puede llegar a la solución.

La película estuvo desde el primer momento rodeada de polémica y controversia, perfectamente comprensible por el tema que trata. Su estreno en San Sebastián coincidió poco después de un atentado de ETA (ver noticia), por lo que el director barajó hasta el último momento la posibilidad de no estrenarla, ya que seguramente se tergivesaría el objetivo que quería conseguir. Finalmente el film se estrenó, no exento de protestas (1, 2).

En el aspecto propiamente cinematográfico, habló sobre los diferentes elementos que le ayudaron a construír esa narrativa tan particular: además de la eliminación total del audio de los diálogos en la banda sonora, característica más representativa, se apoyó también en la no utilización de iluminación artificial, el uso de teleobjetivos y el empleo de actores no profesionales, “actores naturales”, que realizan el trabajo interpreativo de otra manera, más adecuada para la consecución del efecto deseado. En definitiva, se trató de trabajar “de otra manera”.

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