viernes, 27 de noviembre de 2009

UN LUGAR DONDE QUEDARSE / EL MEJOR LUGAR DEL MUNDO Away We Go (2009) de Sam Mendes


CLEMENCIA CON EL
AMERICAN WAY
OF LIFE

Eloy Domínguez Serén

Cuando uno ve Un lugar donde quedarse (Away We Go) se percata enseguida de por qué su director, Sam Mendes, asegura que esta pequeña obra independiente es un “antídoto” a Revolutionary Road (2008), anterior film del británico. A modo de terapia de choque, Un lugar donde quedarse revisa algunos de los planteamientos de su predecesora abriendo pequeñas fallas de optimismo en el devastador e inhóspito ‘american way of life’ que Mendes había retratado en la notable adaptación de la novela de Richard Yates.
Si en aquélla Leonardo Di Caprio y Kate Winslet formaban un matrimonio de treintañeros cuyo inesperado embarazo frustraba sus titubeantes aspiraciones de iniciar una nueva vida; el último film de Mendes aborda el tema de la inminente paternidad no como obstáculo a esa vía de escape, sino como el detonante de ella.

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jueves, 26 de noviembre de 2009

50 HOMBRES MUERTOS - 50 Dead Men Walking (2008) de Kari Skogland


SIEMPRE NOS QUEDARÁ
BEN KINGSLEY

Eloy Domínguez Serén


Desde la ganadora del Oso de Oro En el nombre del padre (1993), de Jim Sherindan, hasta la Palma de Oro El viento que agitada la cebada (2006), de Ken Loach, pasando por Michael Collins (1996) de Neil Jordan o Domingo sangriento (2002) de Paul Greengrass, el común denominador del buen cine sobre el conflicto irlandés son la apuesta y el compromiso por adoptar un punto de vista crítico y la profundidad, complejidad y crudeza de los hechos narrados.
Sin embargo, la canadiense Kari Skogland hecha por tierra los códigos del cine político al convertir la biografía del ex miembro del IRA Martin McGartland en el insípido thriller 50 hombres muertos. McGartland, actualmente en paradero desconocido, era un ladronzuelo de poca monta de Belfast que actuó como infiltrado en el IRA al servicio de los británicos. Su labor como informador, según él mismo asegura, permitió salvar la vida durante los años ochenta de hasta cincuenta objetivos del Ejército Republicano Irlandés. De ahí el título de esta cinta.

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viernes, 20 de noviembre de 2009

PREMIO CINEUROPA 2009: FERNANDO TRUEBA



HUMOR GLOBAL

Julio C. Piñeiro


En el día de ayer, el director, guionista y productor madrileño Fernando Trueba recibió el Premio Cineuropa, que en cada edición galardona a cineastas y actores en homenaje a su trayectoria. A la entrega del premio siguió la proyección de su última película, El baile de la victoria, seleccionada por la Academia Española de Cine para competir en la próxima edición de los Oscar, y que se estrenará en salas el 27 de noviembre.
En la rueda de prensa previa, estuvo acompañado por José Luis Losa, director artístico del festival compostelano, y Socorro García Conde, edil de Cultura y Centros Socioculturales del Concello de Santiago, entidad organizadora. El acto estuvo en todo momento cargado con buen sentido del humor y guiños a un posible segundo Oscar para el cineasta.


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lunes, 16 de noviembre de 2009

CELDA 211 (2009) de Daniel Monzón



SI NO PUEDES CON ELLOS,
SÉ UNO DE ELLOS

Eloy Domínguez Serén


A menudo se insiste en la importancia de no obviar la riqueza que debe encerrar la escena inicial de un film. Más allá del modo en que se estructuran los mecanismos de las ‘5W’, los primeros minutos de una película determinan el denominado ‘tono’ de la obra. Por ello, en este aspecto, podemos considerar el comienzo de Celda 211 como una declaración de intenciones por parte de su director, Daniel Monzón.
La primera secuencia de este soberbio drama carcelario es dura, muy dura, casi insoportable de ver, y su apelación es directa e inmediata: lo que hay ahí dentro, tras esos muros, son almas que deambulan por el limbo. Te asomas renqueante y echas un vistazo al interior. Nada de monos naranjas o camisas de rayas. No hay rastro de Clint Eastwood, Steve McQueen, Brad Davis, Tim Robbins o Wentworth Miller. En su lugar nos da la espalda un tío de cabeza rasurada y capucha negra. Cuando Malamadre, que así se llama el pelao, se da la vuelta, un tembleque se apodera de tus piernas y das gracias de estar a este lado de las rejas.

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domingo, 15 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - WHO KILLED NANCY? (2009) de Alan G. Parker



EXCULPANDO A RITMO DE PUNK

Julio C. Piñeiro

Por fin, por fin un documental que se adentra en los aspectos más negros de un artista tiende hacia una solución constructiva y conciliadora, y no como un vehículo de espectáculo sangrante, escándalo y populismo.
Alan G. Parker, biógrafo oficial de Sid Vicious, ha puesto en marcha un interesante propuesta que, a la par que busca, sin pretensión de hacerlo de manera definitiva e inapelable, exculpar al líder de Sex Pistols del asesinato de su novia, Nancy Spungen, realiza una interesante mezcolanza de dos de los géneros más comunes del documental: el musical, relatando, con fines muy diversos, las vidas, obras, aventuras y desventuras de músicos; y la conspiranoia, que, en lugar de destapar escándalos ocultos, pretende desmantelar los que sí se conocen y han sido previamente fabricados.

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sábado, 14 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - LUNA CALIENTE (2009) de Vicente Aranda




LA CARNE ES PROVOCATIVA

Julio C. Piñeiro

El veterano e incansable Vicente Aranda vuelve a las andadas con esta adaptación de la novela del argentino Mempo Giardinelli, cuya acción traslada a un Burgos en el centro del huracán debido a aquel Proceso que en 1975 acabó con las últimas ejecuciones del decadente régimen franquista.
Pero lejos de elaborar una lectura política de cualquier signo, el director sigue fiel a sí mismo y vuelve a colocar al erotismo más carnal y perturbador en el centro de la acción. De esta manera, el contexto funciona casi como una cortina de humo que se llega a revertir avanzado el metraje, con un resultado un tanto desconcertante y a ratos divertido.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - ELEVATOR (2008) de George Dorobantu



MINICUBE

Julio C. Piñeiro


Está claro que cuando se tiene una buena idea, un planteamiento claro, y además, se tiene la maña de lograr un pulso narrativo hábil y tenso, 200 € son suficientes para la producción y realización de una película.

Así lo ha demostrado el, para más inri, debutante George Dorobantu, que por otro lado, explota con gran ingenio las características y posibilidades de la cámara, logrando efectos que parecen salidos de una sala de edición y composición digital.

Logros visuales aparte, el cineasta construye una intensa y desgarradora disección de las más profundas miserias humanas a través de una dialéctica del desgaste y la desesperación. La trama, una pareja de adolescentes que se queda encerrada en un ascensor de una vieja nave industrial abandonada con la intención inicial de realizar el acto sexual. ¿Ayuda adiccional? Un simple teléfono móvil, sin cobertura. La localización, única, dota al film de una atmósfera realmente claustrofóbica, que combinada con una tensión sexual siempre presente, y que se va revirtiendo a medida que avanza la narración, nos mantiene pegados a la pantalla desde los compases iniciales.

La sensación de desasosiego crece escena a escena. El deterioro de los protagonistas se representa también en el plano fisiológico, con momentos escatológicos situados estratégicamente en puntos concretos del metraje: he aquí otra lección del novel cineasta, la distancia en el tratamiento de esos delicados momentos, que en los primeros casos se mantiene prudentemente alejada, y que hacia el final se nos muestra en todo su 'esplendor'. Al mismo tiempo, esos momentos funcionan como la cara más desagradable del deseo, que a tal punto ya ha degenerado por completo.

Poco a poco, todo adquiere un sentido metafórico. No sólo el ascensor, escenario de los miedos más profundos, y espiral sin salida de la debacle existencial, sino también, a diferentes niveles: desde la propias características de ese único escenario, representación del abandono de la industria, por decirlo de alguna manera, de la Vieja Europa. O el teléfono móvil, recurso tecnológico impotente justo cuando más se le necesita, que avatar de los inútiles intentos del hombre por dominar el universo.

Lo que termina de hacer redondo el film es un sensacional epílogo, en tono más bien humorístico, que, a la vez que respiro a tanta tensión y desasosiego, funcional como conclusión más bien ilógico de una trama, en la que el erotismo se va disipando progresivamente, aunque a la vez como culminación de los deseos iniciales de sus protagonistas: sería un acto sexual descrito verbalmente por el chico, ya iniciado, a la chica, inexperta. Inicialmente descoloca, pero ese cúmulo de sensaciones contradictorias es un atrevido, impredecible, divertido y, en resumen, inmejorable broche a esta pequeña gran película.


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miércoles, 11 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - CAPITALISMO: UNA HISTORIA DE AMOR - Capitalism: A love story (2009) de Michael Moore


ESPECTÁCULO CONTRA ESPECTÁCULO

Julio C. Piñeiro

Vale, que si manipulador, que si sensacionalista,... pero Michael Moore lo que ha hecho es darles de su propia medicina, ha cazado al cazador. Utiliza esa cultura tan yanqui del espectáculo y la grandilocuencia precisamente para desmontar otra farsa mucho más infame: el engaño que, desde que los medios y la propaganda existen, nos llevan sometiendo los amos del sistema, haciéndonos creer que el sistema económico imperante en EE.UU. y, por extensión, en el mundo occidental, es el único ideal, el único que funciona, y que nunca va a fallar. Y como esta crisis que nos aguza hoy en día nos es más que un plan maestro de los tiburones de Wall Street para dar el último golpe a un sistema que se les va de las manos.

El cineasta ataca al capitalismo desde la base, remontándose a los fundadores de la patria americana, los ideales de libertad en que se basaron, y cómo todo se fue tergiversando, la libertad como derecho se fue deformando hacia el liberalismo económico más zafio y destructivo. Llega a apelar al tan amado espíritu de F.D. Roosevelt, con su discurso de esperanza, igualdad y oportunidades que clamó en sus últimos días... pero que todavía hoy no se ha hecho realidad.

Pone el punto de inflexión en la era Reagan, que pasó de poner cara a las grandes compañías en los '50 a ser su marioneta en la Casa Blanca en los '80, avatar de un no-intervencionismo absoluto, necesario en cuanto las economías europeas y japonesa se recuperaron definitivamente de la heridas de la guerra y a EE.UU. se le agotó el pastel del monopolio global.

Puede que nos parezca cínico por parte de Moore criticar a un sistema del que él mismo, de algún modo, se ha beneficiado. Pero nos lleva de nuevo a su Flint natal, una pequeña ciudad de Michigan que vivía de la planta de la General Motors, en la que trabajó el propio padre del cineasta, y que con su cierre se convirtió en poco más que un pueblo fantasma. Su empatía con el problema es entonces comprensible. De esta manera, se puede entender este documental casi como una secuela de
Roger y yo después de dos décadas.

Por otra parte, nos ofrece momentos de una comicidad brutal, que llenan la sala de cine de risas e incluso aplausos momentáneos: desde el Jesucristo-capitalista hasta los clamores del gobernador Chuache contra el socialismo.

Algo que llama asimismo la atención son esos momentos que concede a la religión católica, a través de sus pastores, de criticar duramente el sistema. De primeras, el espectador puede sentirse extrañado, o incluso defraudado. Pero leyendo entre líneas, se advierte una cierta línea de antisemitismo muy latente y sutil, que de ser explícita hubiese llevado definitivamente al cineasta directo a la tumba.

No hay absolutamente (y esto es novedad) ninguna referencia a Canadá, y las dedicadas al Viejo Continente son pocas y no siempre halagüeñas. El director consigue evitar casi por completo uno de sus puntos flacos, que son las lecturas políticas. Si bien el esperado 'momento Obama' hizo acto de presencia, emitiendo un tufo panfletario que desvirtuaba de algún modo el discurso combativo, dibujándolo como ese mesiánico avatar de la esperanza que una excelente campaña mediática ha configurado, como una amenaza a las grandes compañías y como objeto de la paranoia antisocialista de una importante sector de la población yanqui.

Pero finalmente, aquello se queda en el detalle. Lo que sí notamos es que no defiende a los demócratas con respecto a los republicanos, sino que, en líneas generales, los mete a todos en el mismo saco, basándose en un acertado, desesperanzador y evidente aunque irrevocable postulado: el poder político está supeditado al poder económico, a los tiburones de Wall Street, los grandes hermanos que lo controlan absolutamente todo, y los políticos, sea cual sea su aspecto, tipología o discurso, no son más que peones, marionetas visibles y brazos ejecutores de su influencia.

No faltan momentos de esperanza, derivados de ese sentimiento grupal y colectivo que surge en tiempos difíciles, cuando la necesidad aprieta. Pero, al igual que en
Bowling for columbine, la sensación que nos queda al acabar la película es de desasosiego, de escepticismo radical, ante un gran problema que parece una pescadilla que se muerde la cola, un círculo vicioso de difícil salida.

Puede que los métodos y el discurso combativo de Michael Moore estén continuamente en tela de juicio, pero su rimbombante figura y su dialéctica sensacionalista resulta cuando menos necesaria en esta era de diversificación y omnipresencia mediática, tanto para que sus compatriotas despierten definitivamente del letargo y el engaño, como para que los europeos nos andemos ojo avizor.

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domingo, 8 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - FROZEN RIVER / RÍO HELADO / RÍO CONGELADO (2008) de Courtney Hunt


FRATERNIDAD BAJO CERO

Julio C. Piñeiro


Esta modesta propuesta es toda una agradable sorpresa, de estas que siempre hacen falta y son bien recibidas cuando llegan. Si bien de primeras nos 'engaña', haciéndonos creer que no estamos en el cine sino delante de un televisor a la hora de la sobremesa.
Vale, de primeras parece tener todos esos tópicos de los telefilms rancios y repetitivos que rellenan las parrillas de programación. Pero partiendo de ese punto, la cineasta elabora una historia diferente, que nos llega adentro, desde la honestidad y sin ningún tipo de sensacionalismo.
Podemos diferenciar tres tipos de drama que se van alternando y superponiendo a lo largo del metraje, en un orden significativo y bastante acertado: el familiar, la precariedad económica y su superación, y la tolerancia racial.
El film adquiere una atmósfera de thriller en ciertas secuencias, que le dan ese necesario toque de intensidad y ayudan a que la narración avance, aunque nunca se abusa de estos recursos, en cantidad ni intensidad, sino que precisamente de su sencillez hacen virtud y así conservan el espíritu independiente de la película.

La estructura lineal dentro en un espacio temporal breve, en la que la línea factual de la historia no va mucho más allá de lo que se cuenta en el metraje, está perfectamente complementada por una hábil elipsis, tanto del antes como del después. De esta manera, la trama se constituye como un rito transitorio entre una situación inestable y una estabilidad atropellada, pero suficiente.
La interracial pareja protagonista está espléndida, complementándose mutuamente en sus fortalezas, debilidades y fantasmas internos. En especial Melissa Leo, nominada al Oscar por su espléndida recreación de una mujer y madre lastrada por los continuos golpes de la vida y que, cerca de la desesperación, lo es capaz de todo, o casi todo.
Así llegamos hasta la consecuencia, el efecto final, que es el nacimiento de una tolerancia y una fraternidad entre etnias, entre familias y entre mujeres, más por necesidad mutua que por voluntad propia, pero que ahí llegó para quedarse, en un escenario frío y helado en el que el propio hielo tiene un significados especial, ya sea como accidente climático que facilita la entrada a la dudosa tierra prometida, a la par que fuente de ingresos necesaria para gente azotada por la precariedad, o como excusa para utilizar lo poco que nos queda de aquel que nos ha abandonado, pensando que algún día volverá y se redimirá.





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sábado, 7 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - ASHES OF TIME REDUX - Dung che sai duk (1994, reeditada 2008) de Wong Kar-Wai


DESIERTO DE EMPATÍA

Julio C. Piñeiro

Cineuropa vuelve a mostrar un año más su predilección por el celuloide asiático y por sus directores más destacados. De esta manera, estrena la reedición que el propio Wong Kar-Wai hizo el pasado 2008 de su película más ambiciosa en cuanto a la magnitud de la producción, que precedió a ese punto de inflexión que fue Chungking express, a partir del cual su filmografía se convirtió en una de las más veneradas en todo el mundo.

Pero la verdad es que en esta película todavía no alcanza la perfección de su propio lenguaje. Es más, la esfera visual y la argumental parecen ir cada una por su lado, y así deberían ser analizadas.

La realización más puramente técnica es de un lujosa factura, con un impresionante dirección de fotografía de Christopher Doyle (con quien repitió hasta 2046). Destaca por la consecución de una estética videoclipera, una atmósfera prácticamente digital, por contraposición al estilo más clasicista y colossal de la gran mayoría de películas de época. Por decirlo así, ofrece una lectura visual diferente al paradigma más hollywoodiense que tan famoso ha hecho a su compatriota Zhang Yimou. Aunque no renuncia evidentemente a esos sempiternos primeros planos y planos detalle cargados de belleza que tanto caracterizan al cine asiático.

Por otra parte, la trama navega continuamente en tierra de nadie, nada entre las lagunas que ella misma se ha creado. Partiendo del personaje, de algún modo estereotipado, del mercernario desencantado (una suerte de homólogo chino al ronin japonés), para indagar más en las causas de su situación que en las consecuencias, lo que sería más habitual. De este modo, teje una historia de desamores, su principal línea temática, en cadena, dibujando una especie de 'círculo de traición', a modo de un ciclo estacional que emplea asimismo para la estructura capitular.

Pero en esta ocasión, ni la música, bastante tópica, ni una voz en off que resulta progresivamente rimbombante y cansina, ayudan al cineasta a crear un clima apropiado para llegar a empatizar con el espectador y que éste se enganche definitivamente a la película.

Por tanto, se trata de un notable ejercicio estético que resulta vacuo y acaba sabiendo a poco, echándose en falta una hábil narración que nutra de significación y pasión a esas bellas imágenes.

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viernes, 6 de noviembre de 2009

(500) DÍAS JUNTOS / (500) DÍAS CON ELLA - (500) Days of Summer [2009] de Marc Webb



LOVE WILL TEAR US APART
(AGAIN)

Eloy Domínguez Serén



Desde que el álbum ‘The Queen Is Dead’ de los Smiths cayó entre mis manos escucho a esta banda británica de un modo obsesivo, hipnotizado por la honestidad y visceralidad de las letras co-escritas por Johnny Marr y Steven Morrissey. Por lo tanto, al ver (500) Días Juntos [desafortunada traducción del título original] me resultó imposible pasar por alto que el detonante del primer contacto entre su pareja protagonista es ‘There Is A Light That Never Goes Out’, un tema de los Smiths que ilustra con feroz elocuencia el hermetismo de quien teme la soledad y se aferra al amor como único modo de supervivencia.
Aunque no adquiera la omnipotencia de films como Alta Fidelidad (2000), de Stephen Frears, la música es un elemento imprescindible en la arquitectura de(500) Days of Summer, identificando tanto a los personajes como a las diferentes etapas que su relación atraviesa, especialmente a través de la pasión de Tom (Joseph Gordon-Levitt) por los sombríos y depresivos Joy Division.
La destreza del director Marc Webb en el empleo de la banda sonora radica en su dilatada experiencia como director de vídeos musicales, género cuyo estilo impregna sin duda un metraje caracterizado por la brillante y compleja fragmentación en que se estructura el relato. Por lo tanto, una de las mayores virtudes de esta “no historia de amor” es su exquisito montaje, en el que se alternan con notable mordacidad escenas de la renqueante fase de enamoramiento con pasajes de la inevitable ruptura.
(500) Days of Summer es un homenaje a la música, pero también al cine, con divertidos tributos a la Nouvelle Vague e Ingmar Bergman y guiños a cintas comoEl Graduado (1967) de Mike Nichols. Pero, ante todo, esta actualización y revitalización del género de las comedias románticas es un homenaje a todos aquellos corazones que alguna vez se quebraron. La honestidad con la que Gordon-Levitt y Zooey Deschanel nos revelan sus secretos, inseguridades, esperanzas y miedos conecta con un espectador que cree en lo que se dice, cree en cómo se dice y cree en quien lo dice.
Como guinda a una película brillante, el debutante Marc Webb nos obsequia con un puñado de escenas inolvidables, como la jovial secuencia musical o la inteligente fragmentación de pantalla en la que se oponen las optimistas expectativas del protagonista con la desencantada realidad. Es inevitable no pensar “sí, lo entiendo, sé lo que es eso porque también yo lo he vivido”.

Título: (500) días juntos
Titulo original: (500) Days of Summer
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 95 min
Dirección: Marc Webb
Guión: Scott Neustadter y Michael H. Weber
Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt, Zooey Deschanel
Música: Mychael Danna y Rob Simonsen
Fotografía: Eric Steelberg
Montaje: Alan Edward Bell



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jueves, 5 de noviembre de 2009

CINEUROPA 2009 - LA CINTA BLANCA - Das weisse band (2009) de Michael Haneke



LA SEMILLA DE LA PERVERSIDAD

Julio C. Piñeiro

Michael Haneke, tras esa especie de experimento comercial que fue su propioremake americano de Funny games, ofrece una nueva visión de ese poliedro de innumerables caras que es la violencia, elemento controlador siempre presente en toda su filmografía, bajo multitud de formas y enfoques. En este ocasión ha optado por la creación de un microcosmos en el rural alemán a las puertas de la Gran Guerra y del definitivo ocaso del Antiguo Régimen, representado en todos sus estamentos (nobleza, clero y burguesía), con una significativa y lograda propuesta visual, en un blanco y negro integral, y que en conjunto nos remite enseguida al cine de Dreyer o Bergman, a quienes homenajea de manera sucinta y elegante en ciertos planos.
El espectador se encuentra perdido en ese universo progresivamente perverso hasta bien entrado el segundo acto, buceando entre acontecimientos de difícil conexión y personajes de impredecibles intenciones. Aunque pronto el realizador austriaco, sin llegar a ser conscientes, nos conduce a un estado de tensión contenida y latente, en una aureola de misterio con unas puertas difícilmente atravesables, pero que pese a todo seguimos hasta el final.
De esta manera, el personaje del maestro, que hace las funciones de narrador, se constituye como el alter ego del espectador dentro del texto fílmico, observador concienzudo de toda esa relación de hechos a la que le cuesta encontrar explicación, en un hábitat que de inicio le es ajeno; pero cuando decide intervenir en esa telaraña cuya resolución aún nadie afrontó, enseguida su persona se ve amenazada y obligada a recular.
El realizador hace gala de una admirable honestidad narrativa, despojando al relato de cualquier efectismo o grandilocuencia, renunciando a altibajos o giros bruscos, que nacen de alguna manera en la mente de un espectador que los siente necesarios para arrojar luz sobre su comprensión de la trama. De nuevo, renuncia a la música por completo, prefiriendo optar por una intriga desnuda y latente, al igual que hizo en Caché. Si bien, en este caso, es la magnífica fotografía la que se encarga en ocasiones de nutrir de significado y connotación a los planos.
Con todo ello, Haneke demuestra todo su virtuosismo con la creación de un aparato fílmico escueto y latente, de corte casi minimalista, que sirve de soporte al relato del germen del fascismo como resultado de la semilla de violencia y perversidad germinada progresivamente en la familia y la sociedad, sirviéndose de la mayor y mejor encarnación de la crueldad más pura, los niños. Todo ello se constata con esas referencias premonitorias/anticipatorias de la barbarie nazi, que se estaba gestando desde la base, como son la cinta blanca que da título al film, marca del pecado y del castigo, o ese largo plano que nos muestra la puerta de la habitación donde se infligen los correctivos.



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miércoles, 4 de noviembre de 2009

VÍDEO: LUIS BUÑUEL. ATEO GRACIAS A DIOS






ATEO GRACIAS A DIOS
Eloy Domínguez Serén


Apenas dos meses después de la llegada del siglo XX nacía en el pueblo aragonés de Calanda el que hoy es considerado uno de los cineastas más importantes de la historia del séptimo arte. Esta fecha de nacimiento sería toda una premonición, ya que toda la vida de Luis Buñuel estuvo estrechamente ligada a algunos de los acontecimientos históricos y culturales más importantes del siglo pasado. Así, el aragonés formó parte activa de la Generación del 27, vivió en primera persona la Segunda República Española y la Guerra Civil, inició su carrera profesional en la París de las Vanguardias, donde llegó a ser una figura destaca en el grupo surrealista, y participó en el desarrollo del cine comercial español, el auge del cine documental americano (país en el que padeció las consecuencias de la ‘Caza de Brujas’ encabezada por el senador McCarthy) o el florecimiento del cine mexicano.
Para un cineasta como Buñuel, cuya filmografía refleja con astucia su propia biografía, la vivencia de estos acontecimientos fue una fuente inagotable de constante renovación temática e ideológica en su obra. Sin embargo, a pesar de las notables diferencias que podemos hallar a lo largo de las diversas etapas de su filmografía, algunas obsesiones buñuelianas son tratadas y reinterpretadas una y otra vez en la práctica totalidad de su carrera. De todas ellas, tal vez la más importante sea la religión, un tema en el que Buñuel llegó a ser, a pesar de confesarse ateo, un gran erudito.
Desde su primera obra cinematográfica, Un perro andaluz (Un chien andalou, 1929), hasta la última, Ese oscuro objeto del deseo (Cet obscur objet du désir, 1977), la filmografía de Buñuel esta plagada de constantes referencias explícitas e implícitas al catolicismo, doctrina en la que el de Calanda fue educado durante su infancia y adolescencia con los jesuitas de Zaragoza. Así, atendiendo al peso que la religión tiene en sus películas, podemos establecer dos vertientes en su cine: su fase de ateísmo explícito y militante, caracterizado por un exacerbado anticlericalismo y por la representación del pecado, el infierno y un Dios severo y castigador; y su llamado ciclo religioso, formado por Nazarín (1959), Viridiana (1961), Simón del desierto (1965) y La vía láctea (La voie lactée, 1969), en el que la componente religiosa no sólo es explícita, sino que es el tema capital.
El objetivo de este montaje es, por lo tanto, el de un proceso de inmersión en el universo cinematográfico buñueliano, que permita un acercamiento a la comprensión y reflexión acerca del particular modo en que el realizador trató, desde múltiples perspectivas, aspectos como el clericentrismo, la fe, el pecado, el infierno, la muerte o la redención.

LUIS BUÑUEL. ATEO GRACIAS A DIOS de Eloy Domínguez Serén from EloyVanClift on Vimeo.

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