CRÓNICA DE UNA AUSENCIA
Eloy Domínguez Serén
Quién no ha deseado abandonarlo todo, evaporarse y renacer de sus cenizas en otro tiempo y en otro lugar. Nos convencemos de la existencia de un justo magnetismo que nos guiará, al fin, hasta ese hábitat etéreo. Allí “comenzaremos de nuevo”. Podremos ser quienes queramos ser, quienes siempre hemos querido ser. Haremos todo aquello que nunca nos atrevimos a hacer y nos aseguraremos de no volver a repetir nuestros antiguos errores.
Sin embargo, son muy pocos quienes realmente quieren, pueden o deben emprender esa huida. Decepcionados, combatimos la rutina y el inmovilismo satisfaciendo nuestro anhelo con tímidas mutaciones. Cambiamos de pareja, de amigos, de trabajo o de domicilio. Pero esa revolución acaba convirtiéndose en la forzosa reverberación de una vida anterior.