viernes, 4 de septiembre de 2009

HAZME REIR / SIEMPRE HAY TIEMPO PARA REIR - Funny People (2009) de Judd Apatow


NO ES ORO TODO

LO QUE RELUCE

Eloy Domínguez Serén

El humor es un complejo y exquisito arte basado en el engaño y la extravagancia, un bien común de dominio público cuyos códigos parecen haber sido guardados con celo en nuestro ADN. El ser humano ha desarrollado una destreza superlativa en cuanto al uso del humor se refiere, convirtiéndolo en un elemento imprescindible en el manual del animal social. Todos nosotros conocemos el incalculable valor que supone la capacidad para arrancar una sonrisa, sin embargo son pocos quienes han logrado hacer negocio de ello.

Si bien otrora los bufones podían llegar a pagar muy cara la desgracia de no tener gracia, el castigo impuesto a los actuales humoristas, el glacial silencio, también puede llegar a ser fulminante. Tal y como confiesa en uno de sus monólogos George Simmons (Adam Sandler), protagonista de Hazme reír (Funny people, 2009), un cómico sabe que no está haciendo bien su trabajo cuando, desde el escenario, puede escuchar los pasos de la camarera al fondo del bar.

Nosotros, como público, ofrecemos nuestro tiempo, atención y dinero a un desconocido para que nos haga reír, tanto si él se ríe como si no, y exigiremos que nos alegre el día, independientemente de si el suyo ha sido uno de esos de “tierra trágame”. Ante esta perspectiva, cobra más fuerza que nunca la doctrina que confía en los beneficios de “aprender a reírse de uno mismo”. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando un cómico se encuentra en un estado depresivo? En ese caso, ¿quién hace reír a quien hace reír?

Precisamente ese es el eje de Hazme reír, última obra del actual rey de la comedia hollywoodiense, Judd Apatow. George es un humorista de éxito, tan rico y famoso como prepotente y solitario. En apariencia, todo parece sonreírle, hasta que descubre que padece un extraño y grave de leucemia que podría acabar con su vida. Con la ayuda de su fiel escudero Ira (Seth Rogen), una especie de fracasado perrito faldero pagafantas, George se aferrará al humor para combatir el día a día de su enfermedad.

En la comedia, como todo en esta vida, no es oro todo lo que reluce, y el film navega más allá del magnetismo que desprenden los humoristas para dibujar un mundo ferozmente competitivo, donde la zancadilla al concurrente es la vía más rápida hacia el escenario y el ego de las stars es tan desorbitado como las astronómicas cifras que manejan a cambio de, tal y como versa el título de la cinta, hacernos reír.


Ficha técnica y artística

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