viernes, 17 de abril de 2009

DÉJAME ENTRAR / CRIATURA DE LA NOCHE - Låt den rätte komma in (2008) de Tomas Alfredson


ENTRA Y QUÉDATE

(PARA SIEMPRE)


Eloy Domínguez Serén

Hay algo realmente inquietante y lúgubre en la historia de amor desesperado de Déjame entrar (Lat den ratte coma in, 2008), y no me refiero a lo tétrico de la insólita pareja protagonista: ella, Eli, una escuálida y melancólica chupasangres eternamente preadolescente; él, Oskar, un atormentado chiquillo psicópata en latencia. Lo que me turba, en realidad, de esta sobrecogedora relación, es la fascinante ambigüedad del personaje femenino. Físicamente aparenta doce años, sin embargo, como todo vampiro, puede que tenga esa edad desde hace siglos. Lo único seguro, por lo tanto, es que nos hallamos ante una adulta confinada en el cuerpo de una niña. ¿Puede, por lo tanto, amar una adulta a un muchacho que sí tiene doce años?

Esto me lleva a pensar en Hakan, el sombrío lacayo de la afligida vampiresa. Todo indica que también este quincuagenario se habría enamorado de Eli cuando él tenía la actual edad de Oskar y, durante décadas, se habría dedicado a abastecer de sangre a la insaciable vampiresa. Ahora Hakan, al que Eli trata con desdén, se ha vuelto viejo, imprudente e inepto. Ya no es útil. Alguien debe sustituirlo… ¿Quién mejor que un chiquillo perturbado dispuesto a todo por amor?

¿Amor, egoísmo, manipulación? Ella lo necesita a él para sobrevivir. Él, por su parte, la necesita a ella para aferrarse al último resquicio de cordura que pueda anclarlo al mal llamado mundo real. De hecho, ambos protagonistas se salvan mutua y literalmente la vida el uno al otro en dos feroces escenas del film. Ella no puede huir sin él y él estaría perdido sin ella. ¿Equivale amor a dependencia o necesidad?

Cuando hablo de la ambigüedad de Eli no puedo evitar referirme también al aspecto sexual. No obstante, ella advierte a Oskar que no es “una niña”, en una confesión sublime que pone de manifiesto que Eli no es ni humana, ni adolescente, ni fémina. De hecho, en un fugaz plano, podemos ver una enorme cicatriz en la pelvis sin vagina de la “chiquilla”. La magnífica sensibilidad e inteligencia con la que el realizador Tomas Alfredson aúna en esta terrorífica cinta temas como el vampirismo, la homosexualidad, la exclusión, la desestructuración familiar, la violencia o la intolerancia, dotan de un hermoso lirismo trágico a una obra que habla, por encima de todo, de la soledad de quien se siente diferente.


Título original Lat den ratte coma in

País Suecia

Dirección Tomas Alfredson

Guión John Ajvide Lindqvist

Fotografía Hoyte Van Hoytema

Montaje Tomas Alfredson y Dino Jonsater

Reparto Kare Hedebrant, Per Ragnar, Lina Leandersson, Henrik Dahl

Duración 114 minutos

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