TE PILLE BAILANDO
Eloy Domínguez Serén
Cada vez me interesan menos las películas apocalípticas. De hecho, suelen aborrecerme y, finalmente, irritarme; sobre todo si son americanas. Siempre me ha exasperado la obsesión de los yanquis porque uno de los suyos sea El Elegido para evitar el fin de los días. Es más, suelo ponerme muy nervioso y, en ocasiones, violento, cada vez que escucho a un actor afirmando con semblante trascendental, casi catatónico, aquello de “tengo que salvar el mundo”.
Por ello, suelo necesitar una tila doble tras contemplar durante dos horas al Willis, Schwarzenegger, Smith o Quaid de turno encarnando a improbables astronautas, polis, científicos, o fantasmas en general en cuyas manos se halla el futuro de la humanidad.
Por el contrario, sugiero algo más “americano” como Harrison Ford o Bill Pullman negociando con los Cuatro Jinetes del Apocalipsis recortes en los tipos de interés por el arrendamiento del planeta azul mientras haya petróleo o, en su caso, un acuerdo bilateral para la recalificación de terrenos protegidos en la superficie marciana.
Sin embargo, si hay algo que tienen en común todas las llamadas ‘disaster movies’ es la absoluta irrelevancia de los líderes mundiales gestionando asuntos como el fin del mundo, etcétera. En estas cintas los presidentes de las grandes potencias mundiales suelen ser personajillos que hacen acto de presencia de vez en cuando en los monitores de bares, supermercados o gasolineras, con cara de “no sabe, no contesta”.
Eso sí, con una excepción: Morgan Freeman. De hecho, Barack Obama no es primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, antes ya lo había sido el sabio de Freeman, quien, a su vez, también ha sido Dios. Por una vez me gustaría que la tierra fuese salvada por… un macedonio, por ejemplo.
Dentro de mi ‘top ten’ de “cosas que odio en el cine” también se incluyen esos pomposos epílogos hollywoodienses, con los que Alex Proyas parece empeñado en castigarnos. Pues bien, por si fuera poco el epílogo cursi de la notable Dark City (1998), el cineasta vuelve por sus fueros con una aberración similar en Señales del futuro (Knowing, 2009), esa película que tendría que estar criticando en estas líneas y sobre la que no he dicho (en apariencia) una sola palabra. A buen entendedor… Señores productores yanquis… ¿Para cuando una ‘disaster movie’ donde nuestro planeta es devastado por una gigantesca hipoteca subprime?
Director Alex Proyas
Guión: Stiles White, Juliet Snowden, Alex Proyas y Stuart Hazeldine
Reparto Nicolas Cage, Rose Byrne, Chandler Canterbury, Lara Robinson
Producción Todd Black, Jason Blumenthal, Steve Tisch y Alex Proyas
Música Marco Beltrami
Fotografía Simon Duggan
Montaje Richard Learoyd
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