LA SOMBRA DE BURTON ES ALARGADA
Eloy Domínguez Serén
Hollywood siempre se ha caracterizado por un voraz afán por reinventar a determinados ‘autores’ como ‘brands’, como marcas, como certificados ya no sólo de calidad sino de viabilidad. De este modo, nombres como Spielberg, Tarantino o Jackson funcionan como sello, cuño, garantía de proyectos que lleven su firma.
Esta marca funciona, al mismo tiempo, como ‘sponsor’, promoviendo producciones de nuevos directores bajo el reclamo de un nombre que justifique la inversión. Por lo tanto, a efectos de distribución, jamás se hablará de “una película de” tal director, sino de “una película” de tal marca, sea cual sea la función del cineasta-gancho-aval. Pensemos, por ejemplo, en los casos de Paranormal Activity, Hostel o Distrito 9.
Sin embargo, existe el caso de cineastas cuyo mecenazgo va más allá de la mera firma, autores cuyo universo fílmico es indisoluble a su persona y cuya impronta se manifiesta en todo aquello tocado por su varita mágica. Este es el caso de Tim Burton, uno de los más importantes autores cinematográficos contemporáneos, cuyo nombre constituye per se un ostensible campo semántico en el que podemos etiquetar apelativos como siniestro, lúgubre, barroco, fabuloso, expresionista.
Seis meses después del estreno de Los mundos de Coraline, una nueva producción de animación aterriza en nuestras pantallas bajo la estela del californiano. Se trata de El número 9, cinta del debutante Shane Acker. Este proyecto nació de la fascinación de Burton y el kazajo Timur Bekmambetov (director de Wanted) por el cortometraje 9, que Acker había presentado como proyecto de fin de carrera en la prestigiosa UCLA. Así, el cortometraje 9 se ha transformado en el largometraje El número 9, una cinta tan portentosa y cautivadora en su aspecto visual como simple, obvia (por ejemplo, en sus alusiones al nazismo y el fascismo) y ligera en su estructura dramática.
La brillante singularidad de su puesta en escena contrasta con una inquietante sensación de deja vú en numerosas secuencias, en las que hallamos evidentes resonancias de films relacionados con Burton (Coraline o Eduardo Manostijeras), pero también de Terminator o, incluso, El Señor de los anillos, trilogía en cuyo rodaje participó Acker. Los referentes, a menudo enriquecedores, promueven aquí un pastiche tan novedoso en su forma (especialmente en la magnífica recreación de una atmósfera apocalíptica, poshumana, amenazante, necrópolis de una cruenta batalla entre el hombre y la máquina), como tópico en su contenido.
Título: Número 9
Título original: 9
Dirección: Shane Acker
País: Canadá, Luxemburgo
Duración: 79 min.
Reparto: Elijah Wood, John C. Reilly, Jennifer Connelly, Crispin Glover
Guión: Pamela Pettler
Historia original: Shane Acker
Montaje: Nick Kenway
Música: Deborah Lurie
1 comentario:
Tim Burton es uno de mis directores favoritos. O puede que mi director favorito. Sus mundos de fantasía desde Beetlejuice a Big Fish pero también inquietantes como Sleepy Hollow me encantan.
Pero (sí, hay un pero) es cierto que hay cosas que tienen cierto aire de deja vu. Por ejemplo, precisamente en Beatlejuice ya sale Jack Skellington. O, al menos, su cabeza: http://www.youtube.com/watch?v=ONi0yaCy3BI mira en 5:21. Y el parecido de Pesadilla antes de Navidad con La chica cadáver no se puede negar.
Se me ocurre otra cosa ahora que nombras Los mundos de Coraline (8 le puse en filmaffinity). El túnel por el que Coraline llega a casa de sus otros padres es como el que recorremos en James y el melocotón gigante.
Aunque ninguna de estas dos está dirigida por Tim, si no que ambas las firma Henry Selick que... ¡ay amigo! descubro que también firma Pesadilla antes de navidad (cuyo guión sí que es de Tim Burton).
Me voy a acostar que menudo jaleo que lío yo solo jaja,
un saludo.
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