miércoles, 4 de noviembre de 2009

VÍDEO: LUIS BUÑUEL. ATEO GRACIAS A DIOS






ATEO GRACIAS A DIOS
Eloy Domínguez Serén


Apenas dos meses después de la llegada del siglo XX nacía en el pueblo aragonés de Calanda el que hoy es considerado uno de los cineastas más importantes de la historia del séptimo arte. Esta fecha de nacimiento sería toda una premonición, ya que toda la vida de Luis Buñuel estuvo estrechamente ligada a algunos de los acontecimientos históricos y culturales más importantes del siglo pasado. Así, el aragonés formó parte activa de la Generación del 27, vivió en primera persona la Segunda República Española y la Guerra Civil, inició su carrera profesional en la París de las Vanguardias, donde llegó a ser una figura destaca en el grupo surrealista, y participó en el desarrollo del cine comercial español, el auge del cine documental americano (país en el que padeció las consecuencias de la ‘Caza de Brujas’ encabezada por el senador McCarthy) o el florecimiento del cine mexicano.
Para un cineasta como Buñuel, cuya filmografía refleja con astucia su propia biografía, la vivencia de estos acontecimientos fue una fuente inagotable de constante renovación temática e ideológica en su obra. Sin embargo, a pesar de las notables diferencias que podemos hallar a lo largo de las diversas etapas de su filmografía, algunas obsesiones buñuelianas son tratadas y reinterpretadas una y otra vez en la práctica totalidad de su carrera. De todas ellas, tal vez la más importante sea la religión, un tema en el que Buñuel llegó a ser, a pesar de confesarse ateo, un gran erudito.
Desde su primera obra cinematográfica, Un perro andaluz (Un chien andalou, 1929), hasta la última, Ese oscuro objeto del deseo (Cet obscur objet du désir, 1977), la filmografía de Buñuel esta plagada de constantes referencias explícitas e implícitas al catolicismo, doctrina en la que el de Calanda fue educado durante su infancia y adolescencia con los jesuitas de Zaragoza. Así, atendiendo al peso que la religión tiene en sus películas, podemos establecer dos vertientes en su cine: su fase de ateísmo explícito y militante, caracterizado por un exacerbado anticlericalismo y por la representación del pecado, el infierno y un Dios severo y castigador; y su llamado ciclo religioso, formado por Nazarín (1959), Viridiana (1961), Simón del desierto (1965) y La vía láctea (La voie lactée, 1969), en el que la componente religiosa no sólo es explícita, sino que es el tema capital.
El objetivo de este montaje es, por lo tanto, el de un proceso de inmersión en el universo cinematográfico buñueliano, que permita un acercamiento a la comprensión y reflexión acerca del particular modo en que el realizador trató, desde múltiples perspectivas, aspectos como el clericentrismo, la fe, el pecado, el infierno, la muerte o la redención.

LUIS BUÑUEL. ATEO GRACIAS A DIOS de Eloy Domínguez Serén from EloyVanClift on Vimeo.

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