jueves, 18 de febrero de 2010

GRAN TORINO (2008) de Clint Eastwood. Análisis crítico (I)


LA ILUSTRACIÓN DEL CONCEPTO
DE COMUNAS CULTURALES EN
GRAN TORINO

Cristian Sánchez

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN Y MARCO TEÓRICO

Introducción

El propósito de este análisis crítico de la película Gran Torino (2008) es el de analizar el modo en que se son representadas en la obra de Clint Eastwood las principales características de las bandas juveniles norteamericanas y qué relación mantienen estas con la creación de la identidad del personaje de Thao, coprotagonista de la cinta. La motivación de este ensayo nace de mi interés por las reflexiones en la obra del sociólogo albaceteño Manuel Castells acerca de la creación de la identidad en la era de la información. La obra Gran Torino, gracias a que es una de las visiones más actuales de la inmigración propuestas por el cine y a causa de estar localizada en un entorno como son los Estados Unidos, tiene una gran relación con el contexto de la era de la información y el entorno de las bandas juveniles.
Para poder analizar el grado de correspondencia entre la representación de las bandas y las descripciones científicas que se desprenden de estudios como el de Manuel Castells y otros autores a los que cita en su obra La era de la información: El poder de la identidad, iniciaremos este análisis con una breve exposición de las características más destacadas que estos científicos atribuyen a las comunas culturales. Una vez hayamos expuesto estas características pasaremos al análisis de cómo se representan estas características en la ficción a través de la mirada de Clint Eastwood.

Marco teórico

La definición de las comunas culturales que se incluyen a continuación forman parte de los capítulos Raza, clase e identidad y La comuna local de la obra de Manuel Castells La era de la información: El poder de la identidad.
“Para los actores sociales excluidos de la individualización de la identidad vinculada con la vida en las redes globales de poder y riqueza parece que las comunas culturales proporcionan la alternativa principal para la construcción de sentido en nuestra sociedad. Estas comunas culturales se caracterizan por tres rasgos principales. Aparecen como reacciones a las tendencias sociales imperantes, a las que se opone resistencia en nombre de las fuentes autónomas de sentido. Son, desde el principio, identidades defensivas que funcionan como refugio y solidaridad, para protegerse contra un mundo hostil. Están constituidas desde la cultura, es decir, organizadas alrededor de un conjunto especifico de valores, el significante y la participación de los cuales están marcados por códigos específicos: la comunidad de creyentes, los iconos del nacionalismo o la geografía de la localidad.”
“Estas comunas culturales se desarrollan a partir de la rabia y la reacción individual contra la exclusión social, en el que el hecho de ser de una determinada raza importa menos que las situaciones de exclusión colectiva. De esta forma se crean nuevos vínculos, por ejemplo las bandas territoriales que empiezan en las calles y se consolidan en las cárceles. Esta nueva cultura parte de las raíces de las diferentes etnias y de la tradición de los Estado Unidos de racismo y opresión racial, pero incorpora nuevos elementos: la policía y el sistema penitencia como instituciones centrales, la economía delictiva como fuente de trabajo, las escuelas como terreno rechazado, las iglesias como islas de conciliación, las familias centradas en la madre, los barrios ruinosos, la organización social basada en las bandas y la violencia como estilo de vida”.
“En efecto, como Sánchez Jankowski ha expuesto en su amplio estudio sobre las bandas […], (éstas) ejercen un papel estructurador en muchas zonas, cosa que explica el sentimiento ambiguo que generan en los residentes locales, en parte temerosos, pero también en parte capaces de relacionarse con la sociedad de bandas mejor que con las instituciones oficiales de la cuales normalmente solo ven las manifestaciones represivas.”
“La etnicidad, aunque es un rasgo fundamental de nuestras sociedades, sobretodo como fuente de discriminación y estigma, no puede inducir comunas por sí misma. Más bien, es probable que se incorpore a la religión, la nación o la localidad, y tienda a reforzar la especificidad.”
“El fundamentalismo religioso, el nacionalismo cultural o las comunas territoriales son, en general, reacciones defensivas. Reacciones contra tres amenazas fundamentales. Reacción contra la globalización que disuelve la autonomía de las instituciones, las organizaciones y los sistemas de comunicación donde vive la gente. Estas reacciones defensivas se convierten en fuentes de sentido e identidad mediante la construcción de códigos culturales nuevos a partir de materiales históricos. Esta manera de construir la identidad gira esencialmente alrededor del principio de la identidad de resistencia. La identidad legitimadora parece que ha entrado en una crisis fundamental a causa de la desintegración rápida de la sociedad civil heredada de la era industrial y del declive del estado nación, que era la principal fuente de legitimidad.”
“En efecto, su fuerza y capacidad para proporcionar refugio, consuelo, certeza y protección provienen precisamente de su carácter comunal, de su responsabilidad colectiva, que borra los proyectos individuales.”

Cristian Sánchez (Onda, 1988) es estudiante de comunicación audiovisual de la Universitat Autònoma de Barcelona y secretario del OCA (Òrgan Coordinador de l’Alumnat), así como redactor del blog Rebotiga Informativa. Actualmente realiza prácticas en el Citilab.

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