viernes, 26 de febrero de 2010

MARÍA CANDELARIA (1944) de Emilio Fernandez


LAS RAÍCES DE UN PUEBLO

Maximiliano Curcio

El cine de oro mexicano se produjo entre las décadas de los años treinta y cuarenta del pasado siglo. Con María Candelaria (1943), el Emilio Fernández trataba, por primera vez en su filmografía, el tema de la inocencia y la pureza indígenas. Al idealizar a los indios, el director no los ve como parte de la población mexicana, sino como una especie de secta marcada por un sino fatal que bien merece la sublimación compensatoria al modo de los ‘nativos’ de Hollywood. El indígena puro, víctima de la opresión y de las injusticias de mestizos y blancos, protagonizará otras películas del ‘Indio’ Fernández, particularmente La Perla (1945) y Maclovia (1948), donde se reiteraría dicha temática.
Una fábula fatalista de grandes virtudes técnicas que goza de la reputación de ser una de las cumbres del cine mexicano, la película tiene una apariencia maravillosa y singular. Sobresale el uso del paisaje y los canales del lugar llamado Xochimilco para crear un mundo apartado, casi de fantasía, apoyado en el gran empleo de la fotografía. Toda la historia tiene el carácter del despliegue de un destino establecido por medio del fatalismo que persigue a sus personajes, el destino trágico de ellos surge del artificio del director.

María Candelaria fue el papel consagratorio que condujo la carrera de Dolores del Río, quien sostuvo otras intervenciones con Emilio Fernández. Este papel elevó a Dolores del Río a la categoría de diva del cine mexicano, a la altura de la gran Maria Félix. Posteriormente Del Río actuaría junto a Elvis Presley a las órdenes de Don Siegel en La Estrella de Fuego (Flaming Star, 1960) y junto a Joseph Cotten y Orson Welles en Estambul (1943).
Para Pedro Armendáriz, su contrafigura, fue su consolidación como estrella estandarte de ese pequeño star system que formó el cine de oro mexicano. Su laureada carrera, posteriormente, alternaría títulos en su país de origen como Ni Sangre ni Arena (1941), del célebre Mario Moreno ‘Cantinflas’, con films rodados en Hollywood, entre los que sobresalen el western Los Tres Padrinos (The Three Godfathers, 1948) de John Ford y junto a John Wayne, El Indulto (1961) junto a Herny Fonda -y la propia Dolores del Río, también a las órdenes de Ford- y la exitosa Desde Rusia con Amor (From Russia With Love, 1963) basada en la popular novela de Ian Fleming, en la que comparte cartel con Sean Connery.
María Candelaria es una obra maestra fotografiada con el sello de Gabriel Figueroa (colaborador de Luis Buñuel en Los olvidados y Nazarín), en su etapa de mayor esplendor artístico. Esa vida retirada en comunión con una naturaleza cada vez más corrompida por el hombre se verá violada y masacrada por el destino contrarreformista y cruel, mostrando a los hombres en sus luchas de poder, valentía y amoríos. El cine de Emilio Fernández fue el único de esa época que mantuvo una relación abierta con el tema revolucionario. Curiosamente, el cine mexicano de la época de oro ha quedado "marcado" por la estética de la revolución, aunque, en realidad, fueron pocas las películas que se realizaron abordando esa temática durante la guerra. La mayoría de ellas fueron filmadas por Fernández, pionero de la gloriosa y culta tradición cinematográfica mexicana.


Título: María Candelaria
Producción: Films Mundiales.
Productor: Agustín J. Fink.
Año de producción: 1943
País: México
Dirección: Emilio Fernández.
Fotografía: Gabriel Figueroa
Guión: Emilio Fernández.
Duración: 110 minutos
Reparto: Dolores del Río, Pedro Armendáriz, Alberto Galán, Margarita Cortés, Miguel Inclán, Beatriz Ramos.

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