domingo, 7 de febrero de 2010

HUNGER (2008) de Steve McQueen. Análisis crítico (1/5)


HUNGER: EL CUERPO COMO
ESCENARIO DEL CONFLICTO

Eloy Domínguez Serén

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN

Steve McQueen no es un cineasta. Steve McQueen es “un artista que ha hecho una película”[1]. O, en otras palabras, es “un ‘outsider’ (forastero/intruso) en el mundo cinematográfico”[2]. Por lo tanto, es necesario realizar un análisis de Hunger (2008), debut en el largometraje de ficción de este creador británico, no sólo desde el punto de vista del lenguaje cinematográfico, sino en relación a los parámetros del marco del arte contemporáneo.
Una muestra de la condición de no-cineasta de McQueen es el Premio Gucci con el que fue galardonado en la 65 Mostra Internazionale d'Arte Cinematografica di Venezia, una categoría en la que, según lo estipulado por la organización del certamen, se condecora a “un artista internacionalmente reconocido que en los últimos dieciocho meses (anteriores a la inauguración) se haya distinguido en el cine en el rol de realizador, actor, guionista, director artístico o director de vestuario”[3].

Antes de realizar Hunger, McQueen se había labrado una exitosa carrera en el campo de las instalaciones audiovisuales, exhibiendo sus trabajos en galerías de arte de todo el mundo durante más de una década. Por lo tanto, a la hora de filmar este drama carcelario sobre la huelga de hambre protagonizada por el célebre miembro del IRA Bobby Sands, el británico abogó por conservar la esencia de las propuestas estéticas de sus videoinstalaciones y adaptarla a los códigos del largometraje cinematográfico. Como resultado de esta arriesgada apuesta formal, “Hunger da carpetazo al realismo funcional que ha asolado al cine británico en los últimos años para aproximarse a concepciones más radicales, como la que planteaba el Elephant (1989) de Alan Clarke”, según Eulàlia Iglesias[4].
En efecto, tanto Clarke como McQueen se alejan de los cánones narrativos del cine político y/o histórico y retratan la coyuntura de los ‘Troubles’[5] a través de un cine pausado, contemplativo, atmosférico, sin apenas diálogo, donde se contraponen largas secuencias de calma tensa con fulminantes estallidos de violencia. En este sentido, José Manuel López apunta elocuentemente que Hunger es “una película de silencios que retumban como los golpes de los carceleros o los tiros de los terroristas”[6].
El gran atractivo de esta cinta, por lo tanto, radica en su singularidad creativa, en el particular tratamiento formal con el que Steve McQueen aborda este terrible acontecimiento del trágico conflicto norirlandés, un suceso descrito por el propio artista como “el episodio más importante de la historia británica reciente”[7].
En una reseña que la Fundaciò Antoni Tàpies publicaba en su web con motivo de la exposición de varias obras del artista británico en Barcelona en diciembre de 2003 ya se anticipaba que “Steve McQueen es subversivo en su manera de transmitir contenido político: utiliza un lenguaje con una poética particular, no exenta de narratividad, aunque usa unos códigos de expresión atípicos -desviados de las formas artísticas y documentales convencionales- que el espectador ha de saber descifrar”[8].
Así, McQueen rechaza los registros empleados por otros cineastas, como el drama judicial (En el nombre del padre, Jim Sheridan, 1993), el biopic histórico (Michael Collins, de Neil Jordan, 1996), el drama social (Some Mother's Son, Terry George, 1996) o el docudrama (Bloody Sunday, Paul Greengrass, 2002) y traza su concepción del conflicto irlandés en el ámbito de la performance y el body art.
En Hunger el dolor, la lucha, la tragedia, la violencia o la intolerancia de aquel nefasto tiempo se hiende en la piel y carne de los guardias y presos de la prisión de Maze[9]. Las heridas de los prisioneros republicanos son las llagas de un pueblo enfrentado durante décadas. Los frágiles caminos hacia la paz se resquebrajan al tiempo que se consume el cuerpo agónico de Bobby Sands. El cuerpo es el campo de acción, batalla, escritura y expresión. De ahí el título de este análisis crítico: Hunger: El cuerpo como escenario del conflicto.



[1] CALHOUN, Dave. Director interview: Steve McQueen. Time Out London. 19 de octubre de 2008.
http://www.timeout.com/film/features/show-feature/5837/director-interview-steve-mcqueen.html
[2] CALHOUN, Dave. Director interview: Steve McQueen. Time Out London. 19 de octubre de 2008.
http://www.timeout.com/film/features/show-feature/5837/director-interview-steve-mcqueen.html
[3] 66 Mostra Internazionale d'Arte Cinematografica. Calendario degli eventi. Del 2 al 12 de septiembre de 2009
http://www.labiennale.org/it/cinema/mostra/cartella/eventi/eventi.html?back=true
[4] IGLESIAS, Eulàlia. Perspectivas de la memoria. Cahiers du cinéma. España. Nº 13. Junio de 2008.
[5] Así es como se denomina en los países de lengua inglesa al violento conflicto norirlandés, cuya duración suele establecerse por los historiadores desde finales de los años sesenta hasta la firma del Acuerdo de Viernes Santo (Good Friday Agreement), el 10 de abril de 1998.
[6] LÓPEZ, José Manuel. Formas que mueven y conmueven. Cahiers du cinéma. España. Nº 13. Junio de 2008.
[7] OLSEN, Mark. Steve McQueen's long shot in 'Hunger' is paying off. Los Angeles Times. 22 de marzo de 2009.
[8] Fundaciò Antoni Tàpies. Steve McQueen. 5 de diciembre de 2003 – 15 de febrero de 2004. <>
[9] La tristemente famosa prisión de Maze (también conocida como Long Kesh), situada al sur de Belfast, ostenta el dudoso récord de ser la prisión de alta seguridad que mayor número de presos condenados por terrorismo ha albergado en Europa.

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