SCORSESE EXPLORA LOS
LÍMITES DE LA MENTE
Eloy Domínguez Serén
Como cinéfilo apasionado, algunos de los momentos más emocionantes del año son para mí los días previos al estreno de una nueva película de David Lynch, Woody Allen, Quentin Tarantino, Clint Eastwood, Martin Scorsese o los hermanos Coen. Durante toda la semana aguardo ansioso a que llegue el viernes del estreno, del mismo modo que hace ya muchos años ansiaba que volasen los seis primeros días del año para recibir mis regalos de Reyes.
A pesar de que las expectativas que deposito en estas películas son siempre muy altas y en ocasiones los resultados me resultan insuficientes (Crueldad intolerable, El sueño de Casandra, Death Proof), jamás salgo de la sala decepcionado o desilusionado, ya que considero cada una de estas obras un regalo, un privilegio y, sobre todo, una clase magistral del mejor cine.
En esta ocasión la espera fue algo más larga de lo habitual, ya que, a excepción del documental Shine a Light (2008), Martin Scorsese no nos obsequiaba con una nueva película desde 2006, año en que se estrenó la oscarizada Infiltrados.
La última obra del maestro neoyorkino es Shutter Island, un thriller psicológico ambientado en los años cincuenta y basado en la obra homónima del escritor Dennis Lehane, autor de novelas como Mystic River o Adiós, pequeña, adiós y eventual guionista de la magnífica serie The Wire.
Este hipnótico, desconcertante y tramposo film bebe de los clásicos de serie B y terror gótico de los años cincuenta y sesenta, pero, por encima de todo, evoca obras maestras inmortales como Retorno al pasado, de Jacques Tourneur, Laura, de Otto Preminger, o Vértigo, de Alfred Hitchcock, siendo Michelle Williams una macabra versión de Kim Novak.
Por tercera vez consecutiva, Scorsese confía el papel protagonista a Leonardo DiCaprio, quien encabeza un impresionante reparto en el que figuran actores de la talla de Mark Ruffalo, Ben Kingsley y Max von Sydow. El actor californiano realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera encarnando al atormentado agente federal Teddy Daniels. Este personaje es un maleable monigote de vudú en manos del veterano cineasta, al que somete a escalofriantes situaciones extremas que a menudo toman forma de tétricas escenas oníricas.
Scorsese logra contagiar la confusión, el temor y la angustia de la torturada mente de Daniels a su desasosegado público, desbordado ante el siniestro universo de demencia, conspiración, sospecha, violencia y devastación que envuelve al hospital psiquiátrico de Ashecliffe, sobre el que se ciernen las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial, el fantasma de la Guerra Fría y la paranoia de la amenaza nuclear.
3 comentarios:
"Este personaje es un maleable monigote de vudú en manos del veterano cineasta, al que somete a escalofriantes situaciones extremas que ha menudo tomar forma de tétricas escenas oníricas."
Que ultradescripciones te marcas a veces jajaja
Mucho me gusto Shutter Island pero a pesar de todo, algo le falto para conseguir meterme de lleno en la historia.
Comprendo a qué te refieres. La trama está plagada de trucos y trampas y no todo el mundo tiene por qué estar de acuerdo en ceder ante ellas.
Sin embargo, he de confesar que a mí me absorbió completamente. Me enganchó desde el principio y me tuvo en un permanente estado de desasosiego hasta el final.
Cuando todo se resuelve, rebobinas la película mentalmente y te das cuenta de que todo tiene coherencia.
En el fondo, es un magnífico puzzle.
Hace meses que espero el estreno de esta película... Aquí en Argentina se estrena en dos semanas creo...
Soy una gran fan de Scorsese, es el mejor "heredero" de Hitchcock a mi parecer... Y DiCaprio es el mejor actor de su generción, de éso no tengo duda...
No puedo hablar mucho sobre el film hasta que lo vea, pero estoy segura de que me gustará. obviamente...
Publicar un comentario