jueves, 22 de abril de 2010

LAS VIUDAS DE LOS JUEVES (2009) de Marcelo Piñeyro


ALTA SUCIEDAD

Maximiliano Curcio

El best seller de Claudia Piñeiro Las viudas de los jueves es transpuesto a la pantalla a través de Marcelo Piñeryo, con más aciertos que errores y, sin duda, cumpliendo con la premisa de lograr transmitir el gran potencial que la novela posee. En clave de thriller el film nos presenta una triple muerte y un interrogante inequívoco e ineludible: Suicidio? Accidente? Asesinato?. Detrás de esta trama se instituye otro relato paralelo: Las Viudas de los Jueves ilustra la crisis nacional que entre saqueos, protestas, incertidumbre y catástrofe dio paso a un colapso de poder que todavía hoy día sigue dando coletazos.

Con detalle y observación, el micromundo del film esta compuesto por familias de clase acomododada inmersas un circulo social cerrado y ultra selectivo en donde se desnudan miserias, conflictos de parejas y se ostentan bienes tan costosos como superfluos en ese universo cínico y opulento. La burguesía tampoco es perfecta. Y con instinto voraz por la abundancia, consumidores del capitalismo inescrupuloso, se convierten en cómplices de la decadencia humana de un todo social. Por donde se la mire el bienestar será un espejismo inalcanzable para los más humildes y los beneficios del confort, relativos para unos pocos de gran poder adquisitivo.
Ambientado en la vida de los countries el film aborda una vez mas un proceso social archi conocido para el cine argentino como lo fue la debacle económica de principios de milenio. Con irregulares dosis de tensión y una opresión psicológica que persigue –sin siempre conseguirla- la omnipresencia, el relato intenta atraer mediante el factor intriga a un espectador a quien sacudirá en su moral y en su reflexión. El film se interna en las motivaciones de una tragedia, para atraparnos en un rompecabezas policial que es el escenario de esta historia casi como un pretexto, puesto que en si los recursos genéricos se anulan de forma considerable en pos de funcionar como una asfixiante realidad con destino de inexorable tragedia.
Como crónica de hechos que alteraron el curso de nuestra evolución como sociedad es valedera, si bien en su retrato no resulta lo contundente que los hechos tratados requieren y por momentos exagera en su discursividad. Sin embargo, su consistencia fílmica ofrece la metáfora social de una década infame: el fin de los ‘90 supuso el estallido de la capa más sensible y más ultrajada de nuestra sociedad. Como contraste, un paraíso material donde las apariencias y los intereses se compran con dinero, es en definitiva un falso bálsamo donde también la moral se quiebra a la par de un país sin rumbo y sumido en la desesperanza.

1 comentario:

Unknown dijo...

Lo interesante del largometraje es la mezcla entre pasado y presente que deja al espectador un poco confuso pero a la vez atrapado a la espera del desenlace.
Juana Viale y Ana Celentano tienen actuaciones destacables, Leo Sbaraglia no desentona (aunque le faltó más protagonismo), Pablo Echarri ya nos tiene acostumbrados a su “exceso de actuación” y además el personaje no encaja mucho con su estilo.
En general es un film recomendable, a pesar de que suele ser difícil de llevar por momentos en el cual su desarrollo se torna demasiado lento para estar dentro del género suspenso.