Eloy Dominguez Seren
DIA SIETE (07/09/10): EL PUTO AMO
Ya ha pasado mas de una hora desde que me destroce las manos aplaudiendo a Alex de la Iglesia y companhia, y sin embargo todavia continuo en estado de trance. Nunca, nunca me lo habia pasado tan bien en una sala de cine y, ademas, por supuesto, del equipo de Balada triste de trompeta, gran parte de culpa la tuvo, aunque suene de locos, el senhor Quentin Tarantino. He tenido a ese chiflado sentado delante de mi en la sala y el tio no ha dejado de partirse de risa durante toda la proyeccion, contagiando su histrionica carcajada a quienes estabamos a su alrededor. De hecho, muchos de los aplausos que recibio la pelicula durante la proyeccion los inicio el mismo. Fue increible ver a ese dios del cine disfrutando tanto o mas que cualquier otro espectador. Honestamente, aunque casi me vuelvo loco de extasis, no si quien se lo paso mejor, si el o yo.
Mientras todos mis companheros de 27 times cinema disfrutaban de una placida cena a la que nos habian invitado en la Villa degli Autori, yo chupaba frio sentado en el gelido cemento frente a la puerta lateral de la sala Grande, reservada a los acreditados. Queria ser el primer acreditado en entrar, y ya lo creo que lo fui. Una hora y cuarenta minutos de espera me aseguraron ese privilegio. Estoy loco? Tal vez, pero Alex de la Iglesia se lo merece (especialmente despues de ver el film). Ademas, gracias a ello pude pasar un buen rato con el equipo de Pequenhas voces, la cinta colombiana de animacion que tanto me gusto hace dos dias.
Al fondo de la sala, en lo alto: Alex de