DIARIO DE UN GALLEGO
EN VENECIA
Eloy Dominguez Seren
DIA DOS (02/09/10): MACHETE KILLS AGAIN
Desde la primera vez que vi el supuesto falso trailer de Machete (exhibido en el proyecto Grindhouse del tándem Tarantino-Rodríguez) no he dejado de preguntarme cómo habría sido esa película si realmente se llegase a filmar. Hoy, desde Venecia, ya puedo decir que Machete es deliciosamente demencial, admirablemente inverosímil, asombrosamente gamberra, sabiamente irreverente, hilarantemente perversa, incondicionalmente populista, excesivamente extrema y extremamente excesiva, además de socarrona, sangrienta e infinitamente tronchante…
Robert Rodríguez y su copiloto Ethan Maniquis han pisado el acelerador a fondo y han derrumbado todas las barreras: humanas, morales, éticas o físicas. Haber podido ver una locura como esta en un festival como el de Venecia ha sido un espectáculo grotescamente dantesco, al mismo tiempo que encantadoramente prodigioso. Desde sus primeros fotogramas, este film es una explosión en cadena de secuencias memorables, anárquicas, brutales, dementes… Cuando crees que ese trepidante ritmo es insostenible y que la sangría tiene que cesar sí o sí de un momento a otro, Rodríguez y Maniquis te asestan un nuevo y certero puñetazo en la boca del estómago. Como decimos en mi tierra: ¿non queres caldo, pois toma dúas cuncas? Si la cara que se te queda con el prólogo es ya un auténtico poema, la mandíbula acaba por desencajársete cuando ves los créditos iniciales: Danny Trejo, Steven Seagal, Jeff Fahey, Don Jonhson, Robert de Niro, Michelle Rodríguez, Jessica Alba, Lindsay Lohan… Todos ellos desternillantes caricaturizándose a sí mismos.
Siempre me ha encantado Danny Trejo. De hecho, siempre ha sido para mi uno de esos secundarios entrañables con los que sonríes cada vez que hacen su aparición en pantalla. Sin embargo, tras ver Machete, Trello es ahora el auténtico Dios de los tipos duros. Machete es feroz, letal, incorruptible e inexplicablemente irresistible para las mujeres (Y vaya mujeres: Jessica Alba y Michelle Rodríguez, ¿qué más se puede pedir?).
Esta locura es una orgía de carne, sangre y vísceras en la que un buen puñado de fascinantes psicópatas sueltan joyitas gloriosas a diestro y siniestro: “has cabreado al mexicano equivocado”, “dios tiene piedad, yo no” o “Machete improvisa” (no sé cómo las traducirán luego al castellano, pero una traducción más o menos fidedigna de la versión original sería esa).
Todo en esta película es extremo, insensato, fanático, sanguinario, neurótico, bestial y, sobre todo, ¡absolutamente genial! Contemplé cada segundo del film con una sonrisa alucinada y maliciosa en el rostro. Disfruté como pocas veces con todo aquellos que mis ojos veían y mis oídos escuchaban (incluida una banda sonora impresionante, demoledora). Como colofón (y última gamberrada) al final del film se nos muestra un pseudoanuncio que promete dos nuevas entregas: Machete Kills y Machete Kills Again (para partirse).
Lo más paradójico de todo es que apenas una hora antes de la proyección de Machete “los 27” (ya se nos conoce así aquí en Venecia) habíamos participado en la Villa degli Autori en un debate acerca de libertad de expresión y censura modulado, entre otros, por el periodista de Variety Tim Gray. Podéis imaginaros lo que es ver a Rodríguez en acción justo después de hablar de los límites de expresión en el cine.
Durante esta actividad un crítico italiano nos explicó una curiosa anécdota acerca de cómo una misma película acerca de la revolución rusa había sido editada hasta en tres ocasiones en función de quién ocupaba el poder soviético, o cómo estrellas como Griffith, Bertolucci o incluso el propio Totò habían sido víctimas de la censura.
Por supuesto, una importante parte del debate fue dedicada a la figura del iraní Jafar Panahi (de quien, por cierto, pudimos ver esta misma noche el hermoso cortometraje The Accordion, producido por Art for the World con el apoyo de Naciones Unidas y perteneciente al proyecto The and Now).
Además, hoy hemos visto las dos primeras películas de “nuestra” sección. Es decir, la Giornate degli Autori. A las 18.15 vimos la cinta italiana L’amore buio / Dark Love , escrita y dirigida por Antonio Capuano y protagonizada por Irene de Angelis, Gabriela Agrio y Luisa Ranieri. A pesar de la atronadora ovación del público (mayoritariamente italiano) reunido en la Sala Darsena hacia el equipo del film, esta película es un buen ejemplo de cómo cualquier tipo de propuesta fracasa cuando su protagonista no logra atraer el más mínimo resquicio de empatía por parte del espectador. La interpretación de De Angelis en tan apática, apagada, pétrea y gris que, aunque logremos comprender los sentimientos de su personajes, terminamos desinteresándonos absolutamente de ellos. Tan sólo el astuto modo en que es retratado el escenario en que se desarrolla la narración (Nápoles) y el esfuerzo del joven Agrio en el papel de Ciro logran arrojar un poco de luz sobre esta desafortunada obra.
Tampoco logró convencerme demasiado la francesa Le bruit des glaçons / The clink of ice, dirigida por Bertrand Blier y protagonizada por Jean Dujardin, Albert Dupontel y Anne Alvaro. Esta comedia negra (también perteneciente a la sección Giornate degli autori) comienza realmente bien, con una premisa original, brillante e irónica: un escritor alcohólico y arrogante que vive retirado en su majestuosa casa de campo recibe la inesperada visita de… su cáncer. De este modo, comienza una sarcástica y disparatada historia de odiodependencia que se va desinflando a medida que avanza el metraje, mientras pensamos eso de: “qué lástima, de aquí podría haber salido algo realmente bueno (y nuevo)”.
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