
DIARIO DE UN GALLEGO
EN VENECIA
EN VENECIA
Eloy Domínguez Serén
ÚLTIMO DÍA (13/09/10): EL LARGO ADIÓS
Vuelvo a Galicia con una extraña sensación de síndrome postfestival. El aterrizaje en el aeropuerto de Lavacolla simboliza a la perfección el estado actual de las cosas: mi avión toca tierra firme y yo vuelvo a poner mis pies en el suelo. Un par de horas antes, a treinta mil pies de altura y cientos de quilómetros de Lido, la Mostra se despedía con una última sorpresa: Pilar López de Ayala viajaba en el mismo vuelo que yo. Capté el mensaje: hay vida (y cine) más allá de Venecia.
Mi vecino de asiento lee en La Repubblica una crónica del festival en la que destaca la imagen de una sonriente Sofia Coppola alzando el León de Oro. Al otro lado del pasillo una azafata de Iberia observa un ejemplar de El País en el que puedo ver una foto de Álex de la Iglesia, en posición de arquero, señalando a alguien con su mano derecha mientras sujeta el León de Plata la izquierda. La neoyorkina y el bilbaíno (que también se llevó el premio al mejor guión) fueron la cara de la 67 edición de la Mostra Internazionale D’Arte Cinematografica di Venecia. La cruz: Darren Aronofsky, Natalie Portman y su Black Swan. El único reconocimiento que se llevó esta cinta fue el del Premio Marcello Mastroianni a la joven actriz ucraniana Mila Kunis.
Mi vecino de asiento lee en La Repubblica una crónica del festival en la que destaca la imagen de una sonriente Sofia Coppola alzando el León de Oro. Al otro lado del pasillo una azafata de Iberia observa un ejemplar de El País en el que puedo ver una foto de Álex de la Iglesia, en posición de arquero, señalando a alguien con su mano derecha mientras sujeta el León de Plata la izquierda. La neoyorkina y el bilbaíno (que también se llevó el premio al mejor guión) fueron la cara de la 67 edición de la Mostra Internazionale D’Arte Cinematografica di Venecia. La cruz: Darren Aronofsky, Natalie Portman y su Black Swan. El único reconocimiento que se llevó esta cinta fue el del Premio Marcello Mastroianni a la joven actriz ucraniana Mila Kunis.

Sí pude ver, sin embargo, las dos vencedoras de los premios gordos: Somewhere y Balada triste de trompeta. Me tomo la libertad de coger prestadas las palabras de dos críticos españoles para describir mis impresiones sobre ambas cintas. En lo relativo a la película de Coppola, ganadora del León de Oro, cito a Carlos Boyero: “mi problema es que su angustia y su crisis existencial me resultan indiferentes, que admiro el realismo y los matices que imprime la directora pero nunca me contagian un gramo de simpatía, de tensión, de identificación emocional.” Aunque cada vez esté más en desacuerdo con sus artículos en El País, en esta ocasión ha dado en el clavo.

La pedrea se la repartieron la notable Essential Killing, del veterano realizador polaco Jerzy Skolimowski (premio especial del jurado) y Road to nowhere, o más bien su director, Monte Hellman, quien recibió un premio en reconocimiento a su trayectoria profesional. De hecho, el jurado se sacó este improvisado galardón de debajo de la manga, ya que el verdadero León de Oro a la Carrera (Golden Lion for Lifetime) había recaído este año en el chino John Woo.

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