lunes, 13 de septiembre de 2010

67 MOSTRA INTERNAZIONALE D'ARTE CINEMATOGRAFICA DI VENEZIA (IX) - FESTIVAL DE VENECIA (IX)


DIARIO DE UN GALLEGO
EN VENECIA


Eloy Domínguez Serén

ÚLTIMO DÍA (13/09/10): EL LARGO ADIÓS

Vuelvo a Galicia con una extraña sensación de síndrome postfestival. El aterrizaje en el aeropuerto de Lavacolla simboliza a la perfección el estado actual de las cosas: mi avión toca tierra firme y yo vuelvo a poner mis pies en el suelo. Un par de horas antes, a treinta mil pies de altura y cientos de quilómetros de Lido, la Mostra se despedía con una última sorpresa: Pilar López de Ayala viajaba en el mismo vuelo que yo. Capté el mensaje: hay vida (y cine) más allá de Venecia.
Mi vecino de asiento lee en La Repubblica una crónica del festival en la que destaca la imagen de una sonriente Sofia Coppola alzando el León de Oro. Al otro lado del pasillo una azafata de Iberia observa un ejemplar de El País en el que puedo ver una foto de Álex de la Iglesia, en posición de arquero, señalando a alguien con su mano derecha mientras sujeta el León de Plata la izquierda. La neoyorkina y el bilbaíno (que también se llevó el premio al mejor guión) fueron la cara de la 67 edición de la Mostra Internazionale D’Arte Cinematografica di Venecia. La cruz: Darren Aronofsky, Natalie Portman y su Black Swan. El único reconocimiento que se llevó esta cinta fue el del Premio Marcello Mastroianni a la joven actriz ucraniana Mila Kunis.
Por desgracia, también se tuvo que conformar con el irrelevante Premio Signis (como era de esperar, por otra parte) fue mi película favorita de la sección Venecia 67 (junto a Balada triste de trompeta): el western Meek’s Cutoff, de Kelly Reichardt. Lamentablemente, mi condición de jurado joven de la sección Giornate degli autori / Venice days me impidió ver algunas de las películas de la sección oficial, como la propia Black Swan, Silent Souls (Aleksei Fedorchenko), Road to nowhere (Monte Hellman) o 13 assassins (Takashi Miike), ya que muchas de las proyecciones se solapaban.
Sí pude ver, sin embargo, las dos vencedoras de los premios gordos: Somewhere y Balada triste de trompeta. Me tomo la libertad de coger prestadas las palabras de dos críticos españoles para describir mis impresiones sobre ambas cintas. En lo relativo a la película de Coppola, ganadora del León de Oro, cito a Carlos Boyero: “mi problema es que su angustia y su crisis existencial me resultan indiferentes, que admiro el realismo y los matices que imprime la directora pero nunca me contagian un gramo de simpatía, de tensión, de identificación emocional.” Aunque cada vez esté más en desacuerdo con sus artículos en El País, en esta ocasión ha dado en el clavo. En cuanto a la película de Álex de la Iglesia (mejor dirección y guión), parafraseo a mi admirado pirata Oti Rodríguez Marchante: “el argumento se revienta y reinventa a sí mismo con cada secuencia (…) Carlos Areces y Antonio de la Torre, geniales, absurdos, disparatados, paradójicos (…) como comedia, es sencillamente escacharrante, desordenada, agresiva, irracional... y como tragedia, también”. Puestos a plagiar, añado un lúcido comentario de Toni García: “la maravillosa marcianada del autor de El día de la bestia o La comunidad toca aquí tantos palos y los hace sonar tan bien que cuesta seguirle el ritmo sin bizquear.”
La pedrea se la repartieron la notable Essential Killing, del veterano realizador polaco Jerzy Skolimowski (premio especial del jurado) y Road to nowhere, o más bien su director, Monte Hellman, quien recibió un premio en reconocimiento a su trayectoria profesional. De hecho, el jurado se sacó este improvisado galardón de debajo de la manga, ya que el verdadero León de Oro a la Carrera (Golden Lion for Lifetime) había recaído este año en el chino John Woo. En el apartado interpretativo, el jurado encabezado por Quentin Tarantino, Guillermo Arriaga y Danny Elfman dejó perplejos a propios y extraños otorgando la Copa Volpi al mejor actor y mejor actriz al polivalente Vincent Gallo (Essential Killing) y a la cautivadora Ariane Labe (Attenberg), respectivamente. Ambos intérpretes se impusieron a los favoritos Paul Giamatti, Stephen Dorff y Silvio Orlando, en categoría masculina; y Natalie Portman y Catherine Deneuve en la femenina.El palmarés de esta 67 edición de la Mostra lo completan la Osella a la mejor fotografía a Mikhail Krichman (Silent Souls), el León del Futuro al debutante Seren Yüce (Majority), el premio a la mejor película de la sección horizontes para la mexicana Verano de Goliat (Nicolás Pereda) y el premio de la Semana Internacional de la Crítica a la sueca Beyond, de Pernilla August.

No hay comentarios: