domingo, 5 de septiembre de 2010

67 MOSTRA INTERNAZIONALE D'ARTE CINEMATOGRAFICA DI VENEZIA (IV) - FESTIVAL DE VENECIA (IV)


DIARIO DE UN GALLEGO
EN VENECIA

Eloy Dominguez Seren

DIA CUATRO (04/09/10): CUATRO
PROYECCIONES Y UN FUNERAL

Lamentablemente, hoy he tenido que perderme uno de los platos fuertes de la seccion oficial: Somewhere, de Sofia Coppola. Sin embargo, afortunadamente, fue por un buen motivo, ya que esta manhana he sido entrevistado en la radio italiana (digo “radio italiana” porque no tengo ni idea de cual es la emisora).
Por cierto, si notais que en este articulo no uso ni tildes ni esa letra tan caracteristica del espanhol es porque la primera noticia que recibi al despertarme, antes incluso de saber que iba a ser entrevistado en la radio, fue que mi portatil ha muerto (de ahi el funeral del titulo de este post). Inexplicablemente ha dejado de funcionar de repente y me ha dejado en la estacada. Por fortuna, mi companhero irlandes Conall O’Duibhir ha sido muy gentil ofreciendome usar su “laptop”.
Tras la entrevista radiofonica participe en un nuevo debate en la Villa degli autori. En esta ocasion el titulo era The soul of cinema: memory and roots, y algunos de los ponentes fueron Giogio Gosetti (director de la seccion Giornate degli autori), Daniele Segre y Marion Hansel. En esta ocasion el debate fue mucho mas dinamico que en otras ocasiones y muchos de ‘los 27’ tuvimos la oportunidad de exponer nuestro punto de vista acerca del tema principal: la Historia del siglo XX narrada a traves del cine.



Tras el debate vi la francesa Happy Few, de Antony Cordier. Habia leido algunas criticas especialmente negativas acerca de este drama pseudoerotico, pero la verdad es que este film me parecio bastante interesante. Comprendo que pueda parecer pretenciosa, inverosimil o excesiva, pero la naturaleza de este ‘cuadrilatero amoroso’ es de lo mas sugestivo. A traves de esta inusual relacion de intercambio de parejas, Cordier indaga en la naturaleza del matrimonio para reflexionar acerca del amor, la fidelidad, la familia, los celos, la libetad, la sensualidad, el sexo o la atraccion fisica. De hecho, fue realmente curiosa (por decir algo) la experiencia de ver eroticas escenas de sexo explicito rodeado de centenares de personas (no en vano, la sala PalaBiennale es una de las mas grandes del festival).
Tras el buen sabor de boca que me dejo Happy Few tuve que darme de codazos con una multitud enloquecida para poder lograr un asiento en la sala Pasinetti, donde se proyectaban seis cortometrajes de la seccion Orizzonti. Lo que yo no sabia era que los seis cortos eran “experimentales” en el mayor sentido de la palabra. El resultado podria haber sido fifty-fifty (tres me gustaron y tres no) si no fuese porque uno de los que aborreci (el aleman Atom) duraba nada mas y nada menos que 31 minutos (se puede llamar “cortometraje a eso?”). Los tres que si me gustaron fueron el japones Haru no shikumi (Atsushi Wada), el italiano Il capo (Yuri Ancarani) y el griego Casus Belli (Yorgos Zois).
Tras la demente proyeccion de cortos nos fuimos a “cumplir con nuestro deber” con la Giornate degli autori y asistimos a la premiere de la francobelgalemana Noir Ocean, de Marion Hansel. Este drama, ambientado en 1972, narra la historia de Massina (Nicolas Robin) y Moriaty (Adrien Jolivet), dos jovenes marines franceses a bordo de un buque de guerra que se ven involucrados inconscientemente en las pruebas nucleares que el ejercito galo efectuo en el Pacifico en la decada de los setenta.
Si bien la directora de la cinta agradecio a la direccion de Giornate degli Autori el hecho de haber seleccionado una pelicula, en sus propias palabras, “tan dificil”, creo que el adejtivo mas adecuado seria anodino. A pesar de que el desenlace de la cinta justifica o clarifica muchas de las elecciones de la cineasta, el resultado de esta cinta es, no obstante, una historia tibia, gris e incluso en ocasiones aburrida. Por otra parte, me gusta mucho una cita sacada de la serie de relatos (Ocean Pacifique, de Hubert Mingarelli) en la que se inspira el film: “despues llore por todas las madres que no saben cuanto sufrimos”.
Hacia las nueve de la noche, mientras la mayoria de nuestros companheros se iban a la (infructuosa) caza de Tarantino a la Villa degli Autori, mi colega aleman Hagen Reiners y yo nos fuimos a la espectacular sala Darsena a ver otra de las obras seleccionadas en la seccion Orizzonti. En esta ocasion se trataba del documental dominicano Jean Gentil, de Israel Cardenas y Elena Guzman.
A pesar de que considero que sobraba metraje, no me disgusto en absoluto esta cinta, que narra la dolorosa historia de un hombre timido, solitario, pesimista, apagado y depresivo en busqueda de su lugar en el mundo. Jean Gentil llega a conmoverte de veras. Deseas de corazon lo mejor para este desafortunado senhor, que, sin embargo, se muestra como un ser humano inadaptado, desubicado, deprimido e incluso potencialmente suicida. Aun asi, he de confesar que me parecio notar una cierta artificiosidad en esta obra, tanto en su puesta en escena como en la intervencion de Jean. En ocasiones parece estar posando para la camara, recreandose en su miseria.
Me quede con ganas de ver Passione, de John Turturro, o la china Tungngaan, pero los pases eran demasiado tarde y manhana a las ocho y media de la manhana quiero ver la francesa Potiche, de Francois Ozon, con Gerard Depardieu y Catherine Deneuve.

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