TEMPESTAD EN LA PECERA
Eloy Domínguez Serén
Cuando la realizadora británica Andrea Arnold debutó en 2006 de la mano de Lars von Trier con Red Road, Javier Ocaña la describió como “una cineasta excepcionalmente dotada para la exploración del desamparo urbano”. Cuatro años más tarde, con su segunda cinta, Fish Tank, Arnold vuelve a convertirse en elocuente narradora de los desamparados.
Distinguida como mejor película británica en la última edición de los premios BAFTA, Fish Tank focaliza toda su atención sobre el drama de Mia, “una adolescente de suburbio en plena guerra contra el mundo y su entorno inmediato”, tal y como la describe acertadamente Jordi Costa.
A sus quince años, Mia es una joven violenta, indisciplinada, agresiva, contestataria, grosera y, sobre todo, autodestructiva y pesimista. Ella es una de tantas víctimas de una familia desestructurada, resquebrajada, incluso hostil. Su madre, alcohólica y amargada, apenas le dedica atención para reprobarla, amenazarla o incluso para decirle lo cerca de estuvo de abortar cuando estaba embarazada de ella. También su hermana pequeña parece destinada a un fin similar, incluso peor.
Las tres mujeres son prisioneras de la incomunicación, la falta de afecto, la indiferencia, el reproche, la soledad. Esta soledad parece en parte aliviada por la llegada de Connor, el último ligue de la madre de Lia. Junto a él, Mia ofrece sus únicas muestras de accesibilidad, vulnerabilidad, de confianza y de ánimo. Y, sin embargo, este intruso no hará más que agravar la situación de esta familia destrozada y agudizar la distancia entre madre e hija.
Ante este agrio y sofocante ambiente, el único amparo de la adolescente, su única vía de escape y, tal vez, su único motivo de satisfacción, es el baile de música hip-hop, canciones con letras incendiarias, ásperas y desesperanzadoras. En este sentido, cobra especial importancia la única y tímida muestra de afecto que vemos entre madre e hija en toda la cinta, una escena en que ambas bailan juntas una canción que dice “life's a bitch and then you die”.
La fuerza de este filme recae tanto en la magnífica construcción del personaje de Mia, perfectamente definido en el guión firmando también por Arnold, como en la asombrosa interpretación de la protagonista, la actriz no profesional Katie Jarvis.
Junto a la debutante, completan el reparto dos actores solventes como Michael Fassbender [al que hemos podido ver en las soberbias Hunger (Steve McQueen, 2008) y Malditos bastardos (Quentin Taratino, 2009)] y Kierston Wareing [protagonista de En un mundo libre (2007), de Ken Loach].
2 comentarios:
Cruda ante todo, ofrece actuaciones brillantes y una historia interesante. Sin embargo, escenas largas con ritmo bajo y un guión con muchos momentos mudos hacen que la película sea muy aburrida por momentos. Recomendable solo para amantes del cine dramático en mi opinión.
Pelicula bastante dura y realista a las condiciones familiares no solo de Gran Bretana sino de todas las madres jovenes. Me gusto la pelicula, y vere la otra película de la directora.
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