jueves, 27 de mayo de 2010

SUCEDIÓ UNA NOCHE - It happened one night (1934) de Frank Capra


UN FINAL FELIZ QUE
RESIGNIFICA UNA ÉPOCA

Maximiliano Curcio

Para Frank Capra Sucedió una Noche (It Happened One Night, 1934) fue su primera incursión en un subgénero que por entonces mostraba destellos de crecimiento y se asentaba como un lenguaje cinematográfico recurrente y redituable, la screwball comedy. La comedia por entonces surgió como un genero escapista, un medio viable para resucitar el amor propio del individuo norteamericano vapuleado por la crisis, Sucedió una noche es un estandarte de ese pensamiento, una denuncia social disfraza de comedia de enredos. El film es un modelo de las comedias de enredo de Hollywood, precursa del subgénero de screwball comedy, ese tan transitado terreno de la comicidad que abordaba la batalla de sexos y la irremediable atracción entre opuestos. Puede también verse como una road movie romántica, que desafía varias de las censuras de la época exponiendo prejuicios sociales sobre la religión, la moral y el sexo, toda una afrenta a aquellos años donde el cine estaba condicionado en sus expresiones liberales por el Codigo Hays.


Así el film se presenta entre cazadores de fortunas, amores no correspondidos, búsquedas de primicias y recompensas millonarias. Un rubro fílmico asociado a comedias populares de aquellos años teniendo a figuras de la época como Spencer Tracy y Katherine Hepburn como abonados al genero que encuentra en este Sucedió una Noche a un clásico digno de sumarse a una ilustre lista de ejemplares, nada menos que en la posición de pionera. Un dato mas para rescatar en el tiempo y que enriquece el enorme valor de esta película: es en la historia de Hollywood junto con Alguien voló sobre el nido del cuco (1974) y El Silencio de los Corderos (1991) las únicas que se llevaron el Oscar a Mejor Película, Director, Actriz, Actor y guión en una misma entrega.

La película sigue el ritmo clásico de este tipo de comedias: una pareja de protagonistas que entre torpezas descubren su romance mientras chocan sus temperamentos en una batalla de los sexos a lo que siempre refieren a clases sociales y personalidades completamente opuestas todo mostrado con un tono amigable y humorístico, sin olvidar un trasfondo social muy marcado. Estados Unidos se encontraba inmerso en una situación de crisis social agobiante, y el cine surge como un reflejo de la realidad. El cine por entonces cimentaba su condición de fábrica de sueños que hace posibles los deseos de sus millones de espectadores.

Como gran espectáculo, la gran pantalla intentaba brindar una visión optimista frente a la apremiante realidad, en un intento por valorizar el orgullo nacional y renacer desde las cenizas ese tan mentado sueño americano. El film retrata el país de las grandes oportunidades e intenta realzar el sentimiento sobre el dinero. Capra impone un socialismo utópico donde el dinero es la fuente de problemas que agobian al ser humano. Solo la fuerza de voluntad nos permite soñar y nos da esa ansia de superación, que Capra bien conoce, pues sus comienzos lo vieron como repartidor de diarios y su éxito mayor lo vio convertirse en uno de los directores emblema del Hollywood de los años ’30 y ‘40. Toda una parábola sobre como hacer un sueño realidad gracias a tenacidad, talento y fortuna.

El viaje que emprende el personaje de Claudette Colbert supone un encuentro con la realidad cruel que desconoce y a la vez un conocimiento mutuo con el personaje de Clark Gable, con quien se genera una empata tierna e instantánea, que ayuda a acercarlos en sus diferencias sociales y respetarse mutuamente. Ella se opone al control patriarcal de su vida, todo un mandato en un entorno conservador y machista. Sin embargo su ingenuidad no le permite el auto suficiencia, y este guiño argumental –toda una declaración de principios- la deposita a merced de la salvación de su pícaro, desfachatado y audaz pretendiente.

El film enfrenta dos mundos antagónicos. Ricos y pobres encuentran una conexión posible mediante el dialogo la convivencia. Lo que representa sin dudas una visión optimista del amor frente a los problemas de clase, tan acentuados en aquellos turbulentos años. La mujer rica camina, paradójicamente, su propio calvario, donde se encuentra con la cruda realidad conociendo un mundo real gobernado por la crisis donde la redención será encarnada en el amor. El mensaje donde el amor supera las diferencias sociales es necesario e imperioso ante la necesidad de reconciliación, entre capitalistas y socialistas.

Se satiriza a los ricos, criticando su falta de compromiso social. Como contrapartida, se exalta el espíritu decente de la clase baja. Existe una compasión hacia el rico que llora, acompañando dicha mirada burlona. Parece que ese simple acto lo humanizara, lo disminuyera al mismo estrato social que el resto, cuando despojado de sus riquezas, no queda más que un hombre descubierto en su intimidad y su llanto. Como si al verlo llorar, podemos perdonar (los que no tenemos sus riquezas) tal ostentación de bienestar. Es que según Capra, los buenos sentimientos hacen de la pobreza un mal menor de la existencia humana, puesto que todo es posible de sobrellevar si el hombre no pierde su entereza interior.

Con guión del propio Frank Capra la película sienta los ritmos narrativos y las bases estéticas de este tipo de películas, convirtiéndose en el prototipo por excelencia de la screwball comedy por aquellos años con gags, choques de personalidades opuestas (como en este caso la extraordinaria pareja que componen Clark Gable y Claudette Colbert) y una historia de amor bastante poco convencional. Tales virtudes se asentarían en el tiempo como marca registrada de esta clase de films, fiel reflejo de una época donde el cine emergía como gran industria en medio de un país que se recomponía del crack del ’29. El aval tanto del público como de la crítica, ávidos de ver a sus estrellas e identificarse con ese periodo de renacimiento cultural que pedía a gritos un final feliz, fueron indispensables para este fenómeno. Sucedió una Noche fue un éxito inobjetable y Frank Capra se convirtió en un referente de la narración clásica hollywoodense que abriría las puertas a la edad dorada de la meca cinematográfica mundial.

Ver ficha




No hay comentarios: