lunes, 27 de septiembre de 2010

Series de TV - Vuelve DEXTER


UN LUTO MUY PELIGROSO


Julio C. Piñeiro


Muchos habréis dejado por fin de comeros las uñas en el día de hoy. Y es que ha vuelto por fin uno de los personajes más carismáticos, controvertidos y atormentados de la televisión moderna. Y ahora más que nunca, su heterodoxa e intrincada moral estará más en el candelero que nunca, ya que ha pasado de lleno al otro lado del espejo. En buena manera, podemos entender esta season premiere como la fuerte resaca del apabullante season finale que nos dejó helado el aliento el pasado diciembre. La quinta temporada del America's favorite serial-killer estará marcada, en todo momento y siempre en primer lugar, por el luto ante la brutal muerte de su querida esposa, a manos de la peor de sus némesis, Trinity Killer, una proyección del propio Dexter Morgan entrada en años y con diferentes matices de fe.

Nuestro protagonista recuerda el mismo momento en el que nacieron todas las fobias que han cristalizado de manera tan tajante en su edad adulta, cuando contempló, con los ingenuos y desnudos ojos de un bebé, el brutal asesinato de su madre. Un macabro déjà vu de la escena actual, con su pequeño Harrison ocupando el sitio. Dexter se encuentra poseído por un profundo sentimiento de culpabilidad, inevitable e irreversible, que le hace plantearse a cada segundo toda su existencia desde los mismísimos cimientos. El “pude haberlo evitado”, “pude haber parado cuando tuve la ocasión”,... se vuelve muy significativo cada vez que recuerda el mismo momento en que conoció a su ahora difunta esposa. Fragmentos analépticos en los que se comprueba enseguida su inherente naturaleza asesina, una situación que nunca cambió y que probablemente nunca cambiará. El mismo momento en el que, por mucho que luchase por evitarlo, acabó llevando a aquella mujer al destino fatal que acaba de sufrir.

Por otro lado, se ve totalmente incapaz de cuidar de su familia. Encomienda el cuidado y la tutela de su vástago a una Deb muy afectada y más entregada que nunca. Sus hijastros se salvaron de la inmediatez del mal trago al estar de viaje con sus abuelos; pero en cuanto no les queda otra que conocer la noticia, la primogénita, la ya algo rebelde Astor, le da la espalda por completo a su dolido padrastro. Dexter se refugia en la única figura que puede llegar a comprenderlo, y no es otra que la presencia de su padre desde ultratumba, más recurrente cuanto más avanza la serie. Con él habla de la profunda carga de culpa, de la gran incertidumbre en la que ahora se encuentra y de la que difícilmente podrá salir adelante, de la impotencia que siente al haber sido incapaz de llevar una vida normal. Finalmente, nadie puede olvidar de dónde viene, ni mucho menos con qué pasta está fabricado.

Y así, guiado por el instinto más salvaje y no por su mente fría y calculadora, la acaba pagando con un altivo e impertinente parroquiano de una pordiosera tasca en la bahía. Más desbocado e incontrolado que nunca, chapucero y desmedido, nunca lo habíamos visto desahogarse de esa manera en algo tan natural para él como una matanza. Su difunto padre no hace más que felicitarlo, precisamente por eso, por expresar lo que sentía sin más mediación, por desquitarse de su ira acumulada. Todo ello, justo antes de acudir al funeral de Rita, donde todo el mundo lo espera con impaciencia, con el desconcierto muy fresco y las aureolas de sospecha flotando en el aire.

De todas formas, aquel pobre hombre era solo una pequeña china en el camino, los tiros no irán por ahí. Ni tampoco por las sospechas del receloso Quinn (cuya relación con Deb será el tira y afloja de la temporada, en la que ya hemos visto un espontáneo y inesperado “encuentro”) en cuanto conoce la “anécdota” de Elliot y Rita. Y en general, incluso sin conocer todavía con exactitud el perfil y la relevancia del personaje que intepretará Julia Stiles, podemos anticipar que esta vez no se tratará del sádico y meticuloso criminal de turno al que dar caza, no. El peor enemigo de Dexter Morgan no será otro que el propio Dexter Morgan.


1 comentario:

ATREYU dijo...

Me encanta Dexter, he visto todas las temporadas y leído los libros en que se basa el personaje. Creo que verlo es una especie de "catarsis", es como si él hiciera lo que muchos no se atreven a hacer con sus "demonios" internos: dejarlos salir. Pero el demonio de Dexter es condenable y admirable a la vez ya que, ok, es un asesino, pero también mata "a los malos".